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martes, 6 de noviembre de 2012

¿Es mi hij@ sobresaliente, superdotado, genio?

Desde que inicié el recorrido en la investigación de este fabuloso mundo de la superdotación, para descubrir cuáles son sus limitaciones y sus ventajas y entender cómo apoyar a mi hijo. He encontrado que las definiciones de niños sobresalientes, son tan diversas y tan diferentes, como los mismos niños, por lo que es difícil entender si estamos todos hablando el mismo idioma y tenemos la misma idea de lo que estamos o queremos apoyar.
Por ejemplo, en México, de acuerdo con la Secretaría de Educación, la definición de niños con Aptitudes Sobresalientes es:
“Los niños con aptitudes sobresalientes son aquellos capaces de destacar significativamente del grupo social y educativo al que pertenecen, en uno o más de los campos del quehacer humano: científico-tecnológico, humanístico-social, artístico y/o de acción motriz, pero al presentar necesidades específicas requieren de un contexto facilitador que les permita desarrollar sus capacidades personales y satisfacer sus necesidades e intereses para su propio beneficio y el de la sociedad.” (Guía para familias. SEP.Programa de Fortalecimiento para la Educación Especial. Pag. 15)
Otra definición sería la de la Asociación Nacional para Niños Superdotados (Estados Unidos), (la cual ha recibido un sin número de quejas…)
“Los individuos superdotados son aquellos que demuestran niveles superiores de aptitud (definida como una habilidad excepcional para razonar y aprender) o competencia (desempeño documentado o logros superiores al 10% o poco fáciles de lograr) en uno o más dominios. Estos dominios incluyen cualquier area estructurada de actividad con sus propios sistemas de símbolos (por ejemplo, matemáticas, música, lenguaje) y/o un conjunto de habilidades sensorimotoras (por ejemplo, pintura, danza, deportes).”
No se ustedes, pero a mí estas definiciones terminan por parecerme ostentosas y la causa de muchas fricciones en la sociedad. Además fragmentan la definición del niño de acuerdo a sus resultados y no a quién en realidad “ES” en todos los aspectos. Porque ¿a poco un niño es sobresaliente sólo si saca una medalla en una competencia? O sólo hasta que va a la escuela y vemos que le va mejor en los exámenes que a otros. El mismo término “gifted” implica que el niño o la niña tiene algo que otros no tienen y que esto lo hace ser “superior” (o sobresaliente) a sus pares.
Empezando por ahí tenemos problemas.
Desde mi experiencia y mi humilde punto de vista ser sobresaliente no tiene que ver con una inteligencia superior (considerando que la Real Academia de la Lengua Española define como inteligencia la “capacidad de comprender y de resolver problemas”). Para mí, esto tiene que ver con el desarrollo neuronal acelerado… Sí ahí está, lo he dicho, todo mundo piensa que el niño sobresaliente es más inteligente, pero yo creo que es más desarrollado Winking smile¿ven la diferencia?.
La realidad de estos niños es muy diferente a la de sus compañeros. Es decir, son niños que por azares del destino genético, se desarrollan prematuramente en las áreas cognoscitivas. Algunos autores comparan este desarrollo intelectual a tener un cableado diferente,
“Los niños excepcionalmente superdotados tienen mentes cableadas en formas que los investigadores prácticamente no pueden describir“ (Extracto de Boy Genius set to become younges-ever grad of Independent Study High School Program. Joe Duggan. Hoagies Gifted)
Este cableado diferente los lleva a tener ventaja en el tiempo que tienen practicando o entendiendo conceptos que sus compañeros todavía no han visto. O lo que es lo mismo, su problema o ventaja es que tiene un desarrollo intelectual asincrónico, su edad mental es superior a su edad cronológica.
Por ejemplo, no creo que nadie piense que un niño de segundo de secundaria sea más inteligente que un niño de segundo de primaria, por el simple hecho de que está viendo más información que el pequeño. Simplemente se encuentran en diferentes etapas del desarrollo y es esperable que pueda hacer otras cosas por lo mismo.
Por eso la definición que me parece más acertada en cuanto a mi experiencia es la del Grupo Columbus.
“La superdotación es un desarrollo asincrónico en el cual se combinan habilidades cognoscitivas avanzadas y una intensidad ampliada, para crear experiencias internas y entendimientos que son cualitativamente diferentes de la norma. Esta asincronía se incrementa conforme mayor sea la capacidad intelectual. El que estos niños sean únicos, los hace particularmente vulnerables y los hace requerir modificaciones en la forma en que se crían, se les enseña y se les aconseja, para que puedan desarrollarse óptimamente( The Columbus Group, 1991, consultado en, Hoagies Gifted)
Usualmente leo cosas como “Todos los niños son superdotados” o una frase que me gusta mucho y que atribuyen a Albert Einstein,
image
(no encuentro quién es el autor de esta imagen, si alguien sabe quién es, le agradecería me avisara para darle el crédito apropiado).
La realidad es que sí, todos somos genios en un área u otra del desarrollo humano, a esto se le llama DIVERSIDAD, y es lo que ha hecho grande a la humanidad.
Pero es muy importante entender que cuando hablamos de sobresalientes estamos hablando de que existen estos niños “diferentes”, en riesgo, y que requieren de apoyo especial para poder florecer.
Es importantísimo entender que ellos no eligieron ser así, nacieron de esta manera y por lo tanto, no tienen la responsabilidad de venir a salvar al mundo, pero sí merecen tener los derechos básicos que tiene cualquier otro niños, entre ellos, el derecho a la educación.
Es por este motivo que como padres y maestros tenemos la responsabilidad de seguir investigando y entender cuáles son las necesidades que derivan de esta diferencia para poderles ofrecer mejores oportunidades de desarrollo intelectual, social y emocional.
-Eva

Recursos:

Guía para padres. http://www.educacionespecial.sep.gob.mx/pdf/tabinicio/2012/guia_para_familias.pdf
La mejor fuente de información sobre niños sobresalientes o superdotados: http://www.hoagiesgifted.org


















martes, 7 de agosto de 2012

Our Journey...


 (a no-rhyming poem)

At first we were awed
and also terrified

Then we looked for diagnosis
filled with uncertainty


Next we opt for opportunities
But sadly faced misunderstanding

We also learned about asynchrony

And where we perceived greatness
they spot the lack of obedience

There was also aggression
Brightness changed into boredom
Happiness into frustration


Finally we saw the light and realized that...


Only us knew our son

Furthermore we were capable to help him


We took a leap of faith and got off the grid.
Decided to home-school 
and we´re so happy that we did.









lunes, 13 de septiembre de 2010

Superdotados y dispersos

Autora: Lesley K Sword,
Directora, Gifted & Creative Services Australia Pty Ltd
© 2000

Recientemente me visitó un amigo que trabajo con niños superdotados. Comenzó a platicarme sobre los niños con los que trabaja pero pronto la conversación se centró en él mismo. Su jefa se ha estado quejando sobre “su falta de organización”. Ella es muy ordenada, planea su día al detalle y tiene un lugar para cada cosa. Ella comenta que él es disperso y usualmente parece estar “perdido”. Esto último comentario toco una fibra sensible en mí y me provocó compartir algunas observaciones desde mi propia experiencia y de mi trabajo con adolescentes y adultos superdotados.
Siempre he sido “dispersa”. Estoy cerca de cumplir 50 años y mi mamá aún cuenta historias sobre como siempre perdía mi abrigo cuando era pequeña: ella se la pasaba buscándolo o reemplazándolo. Mi marido se queja de que “para ser alguien tan inteligente, ¿cómo es que te tengo que repetir las cosas tantas veces?” Hace poco en una clase me encontraba concentrada escuchando a la maestra explicar una actividad al grupo, sin embargo al terminar tuve que reunirme con el grupo para preguntarles “¿Qué fue lo que nos pidió que hiciéramos?”
Si eres papa o maestro de un niño superdotado, ¿te suena esto familiar? ¿Te encuentras frustrado más allá de lo posible por un niño extremadamente inteligente que tiene dificultad para realizar las cosas más prácticas de la vida y que siempre parece estar en alguna otra parte? ¿Alguna vez te has preguntado que es lo que les pasa a estos niños?
Pareciera que ser disperso se encuentra asociado con la inteligencia extremadamente alta y una personalidad del tipo introvertido. La naturaleza de la introversión es que las personas con este tipo de personalidad procesan el mundo y lo que sucede en el a través de ellos mismos y su propia experiencia. Esto es como tener una estructura mental o marco tridimensional de quién soy y mi propia experiencia de vida en mi cabeza. Cada cosa que experimento del mundo exterior lo tomo y comparo y contrasto con lo que ya conozco y lo que he experimentado. Si tiene un lugar lógico y comprensible en mi marco ahí lo acomodo. Si no, juego con el intelectualmente y con mi marco; ajustando o alterando tanto la experiencia como el marco para hacer de la experiencia algo comprensible para mi y que preserve la integridad de mi estructura mental. Este proceso de operación exige que me retraiga del mundo en mi misma por cuánto tiempo tome el proceso. Mientras el proceso ocurre simplemente no estoy tomando más información del mundo exterior por lo que aparento estar dispersa y sin atención por un periodo de tiempo.
Para las personas que tienen un modo introvertido de operar, el mundo dentro de sus cabezas es usualmente más interesante que el mundo fuera de ellas. Esto es particularmente cierto si tienen un alto grado de inteligencia.
Una vez que se me ocurre una idea o se me presenta un problema, juego con el en mi cabeza, haciendo conexiones, tratando de entenderlo. Usualmente este proceso ocurre inconscientemente y no me percato de llo. No es sino hasta que aparece la respuesta que me doy cuenta que parte de mi ha estado dentro trabajando en ella. Por supuesto, si lo que se me está presentando en el exterior no es intelectualmente estimulando y por tanto aburrido, me retraigo, nuevamente inconscientemente, en mi cabeza y me proveo con mi propio reto intelectual.
También me inclino a concentrarme o esforzarme solamente en aquellas cosas que decido que son importantes. Y siempre lo que está dentro de mi cabeza es importante para mí!
Por supuesto este comportamiento es frustrante para las personas que tienen que interactuar conmigo.
Así es que como padre o como maestro ¿qué se puede hacer al respecto?
Lo primero es entender que esta forma de ser no se quita. He sido dispersa toda mi vida y sigo siéndolo hoy en día. Sin embargo esto no me ha limitado de trabajar productivamente por más de 30 años y completar muchos cursos formales de estudio. No tiene sentido que nos digan que debemos madurar, que debemos mejorar o que debemos ejercitar nuestro autocontrol. Si pudiéramos lo haríamos.
Mejor enséñanos herramientas de organización desde temprana edad. Después de todo tenemos la capacidad intelectual para manejarlas. Un ejemplo de ello es que me he entrenado a poner siempre las llaves del carro en el mismo lugar en mi bolsa y la bolsa en el mismo lugar en casa para evitar volver locos a todos en la casa buscando las llaves. De igual forma me preparo en la noche para las actividades del día siguiente asegurándome de tener todo lo que necesitaré en el día para evitar olvidos. Estos comportamientos ahora son habituales y los hago sin siquiera pensar en ellos.
Cuando quieran tener nuestra atención, tóquenos en el hombro y asegúrense de que hacemos contacto visual con ustedes antes de empezarnos a hablar. De esta forma realmente escucharemos lo que tienen que decir. Y si es importante que hagamos algo díganoslo. Usualmente somos considerados con otros y queremos agradar a los demás.
Pero sobre todo, entiendan que nuestra dispersión es usualmente un proceso inconsciente y que no buscamos de ninguna forma hacerlo para volverte loco. Al mismo tiempo no trates de “rescatarnos” de ello. Si olvidamos recoger nuestras cosas, no lo hagas por nosotros. Si vamos a clases sin algo, déjanos experimentar las consecuencias de nuestras acciones. Somos personas muy inteligentes y no nos toma mucho tiempo aprender que podemos ser responsables de nosotros mismos.
Copyright 2000, Lesley Sword.
Atribuyendo debidamente la propiedad de este artículo, puede ser reproducido y diseminado libremente.
Lesley Sword Gifted & Creative Services Australia
www.giftedservices.com.au 20 Kestrel Court Vic 3201 Australia
Traducido por: Eva Palacios



















lunes, 19 de abril de 2010

¿Es un guepardo?

© 1996 Stephanie S. Tolan
Reproducido y traducido con permiso de la autora.

Es una época difícil para criar, enseñar o ser un niño sobresaliente. Conforme pasa el tiempo el término “sobresaliente” y la inusual capacidad intelectual que lo acompaña, se van considerando términos cada vez más, políticamente incorrectos. Por lo que se ha empezado a cambiar la terminología y el enfoque en términos educativos.

La superdotación, es una capacidad mental integral y global  que puede ser desestimada, si se es reemplazada por “talentos” fragmentados los cuales las escuelas perciben como menos retadores y en teoría más fáciles de lidiar con ellos. El “talento intelectual” es visto cada vez más como un sinónimo de los logros académicos del niño y por lo tanto limitado a estos, en vez de considerar el desarrollo interno que realmente influye cada aspecto de la vida del niño. 

A un niño que le va bien en la escuela, que obtiene buenas notas, gana premios y “se desempeña” más allá de las normas para su edad, se le considera talentoso. El niño que no lo hace, no importa qué nivel de desarrollo o capacidades intelectuales innatas posea, es menos probable que sea identificado y menos probable que sea atendido.

La metáfora del guepardo puede ayudarnos a ver el problema que se presenta con el pensamiento orientado a logros. El guepardo es el animal más rápido sobre la tierra. Cuando pensamos en guepardos probablemente pensamos primero en velocidad. ¡Es un rayo! ¡Es impresionante! ¡Es único! Y hace que su identificación sea sumamente fácil. Y dado que los guepardos son los únicos animales que pueden correr hasta 120 kilómetros por hora, si cronometras a un animal corriendo a 120km/h, ¡ES UN GUEPARDO!

Pero los guepardos no siempre están corriendo. De hecho, sólo pueden mantener su velocidad máxima por un periodo limitado de tiempo, después del cual necesitan un periodo considerable de reposo.

No es difícil identificar a un guepardo cuando no está corriendo, si sabemos sus características. Su pelaje es dorado con manchas negras, como un leopardo, pero tiene unas marcas únicas como de lágrimas negras bajos sus ojos. Su cabeza es pequeña, su cuerpo es delgado, sus piernas son inusualmente largas – todas características críticas para un corredor. Y el guepardo es el único miembro de la familia de los felinos que no tiene garras retráctiles. Otros felinos retraen sus garras para mantenerlas afiladas, como cuchillos filosos guardados en su funda – las garras del guepardo están diseñadas no para cortar sino para obtener tracción. Es un animal biológicamente diseñado para correr.

Su principal alimento es el antílope, de por sí un corredor prodigioso. El antílope no es grande o pesado, así es que el guepardo no necesita fuerza y músculos para dominarlo, sólo velocidad. En las praderas abiertas de su hábitat natural, el guepardo es capaz de atrapar a un antílope simplemente ganándole la carrera.

Mientras que el diseño del cuerpo del guepardo se deriva naturalmente de su utilidad para cazar, también le genera una poderosa fuerza interna. ¡El guepardo necesita correr!

A pesar del diseño y la necesidad, sin embargo, ciertas condiciones son necesarias si quiere lograr su famosa velocidad máxima de 120 km/hr. 

  • Debe ser adulto. 
  • Debe estar sano, en forma y descansado. 
  • Debe tener mucho espacio para correr. 
  • Además, su mejor motivación para correr es tener hambre y que hayan antílopes que cazar.

Si el guepardo se encuentra confinado a una jaula de 3 x 4mts, aunque pueda caminar o restregarse contra las barras en una constante frustración, no va a correr a 120 km/hr

¿AUN ASÍ ES UN GUEPARDO?

Si al guepardo solo le proveen conejos (que corren a 30 km/hr) para perseguirlos como comida, no va a correr a 110 km/hr mientras caza. Si lo hiciera ¡pasaría como rayo a un lado de sus presas y seguiría hambriento! Aunque podría correr para hacer ejercicio, como entretenimiento, para cumplir con su deseo interno, cuando sólo le dan conejos para comer, a un guepardo,  va correr únicamente a la velocidad del conejo para atraparlo.

¿AUN ASÍ ES UN GUEPARDO?

Si le dan croquetas o comida del zoológico para comer, puede que no corra para nada.

¿AUN ASÍ ES UN GUEPARDO?

Si está enfermo o tiene rotas sus piernas, ni siquiera caminará.

¿AUN ASÍ ES UN GUEPARDO?


Y finalmente, si el guepardo tiene solo seis semanas de vida, todavía no puede correr a 120 km/hr.

¿ES ENTONCES, SOLO, UN GUEPARDO EN “POTENCIA”?

Un sistema escolar que define la superdotación (o talento) como un comportamiento, un logro y/o desempeño, está tan comprometido en su habilidad para reconocer a los estudiantes sobresalientes y darles lo que necesitan, como un zoológico estaría al reconocer y proveer lo que requieren los guepardos solo basados en su velocidad.  Cuando un guepardo corre a 120 km/hr no es particularmente un guepardo “avanzado”. Aunque pueda hacer lo que otros felinos no pueden, es un comportamiento normal para un guepardo.

Para los leones, tigres, leopardos – cualquier otro de los grandes felinos – los atributos biológicos del guepardo pueden parecer deformidades. Lejos de ser un “felino” popular, el guepardo casi para nada parece felino. No es suficientemente pesado para tumbar a una bestia salvaje, sus garras no retráctiles no se mantienen lo suficientemente afiladas para desgarrar la dura piel de las bestias salvajes. Dada la tendencia del guepardo a la actividad, los felinos que pasan la mayor parte del tiempo durmiendo en el sol, pueden etiquetar al guepardo como hiperactivo.

Como los guepardos, los niños sumamente sobresalientes pueden ser fáciles de identificar. Si un niño aprendió griego por sí mismo a los cinco años, lee como si estuviera en secundaria cuando tiene seis años o hace álgebra en segundo de primaria podemos asumir con seguridad que el niño es sumamente sobresaliente. Aunque el mundo vea estas actividades como “logros”, en realidad no es un niño que esta “logrando” algo sino que está operando normalmente de acuerdo con su propio diseño biológico, su capacidad mental innata. A estos niños claramente se les ha dado espacio para “correr” y algo tras lo cual correr. Están en forma y no se le han dañado sus capacidades. No se requiere gran conocimiento sobre las características de los niños sumamente sobresalientes para reconocer a este niño.

Sin embargo las escuelas son para los niños extraordinariamente inteligentes lo que los zoológicos son para los guepardos. Muchas escuelas proveen una jaula de 3 x 4mts, sin darles a las mentes inusuales espacio para correr. Muchos niños sobresalientes se sientan en el salón de clase como los grandes gatos se sientan en sus jaulas, con los ojos apagados y en silencio. Algunos, sin poder resistir el llamado interno, aunque no puedan ejecutarlo, se restriegan contra las barras hasta que se lastiman.

Incluso las escuelas abiertas y adaptadas pueden crear un ambiente tal, como el del guepardo en un zoológico adaptado, se les puede permitir correr moderadamente, pero no hay espacio para que el guepardo en crecimiento desarrolle la musculatura y el impulso necesario para convertirse en un corredor de 110km/hr. Los niños en jaulas o encerrados, no importa que tan inteligentes sean, no van a parecer sobresalientes; manteniendo su mente lejos del ejercicio por mucho tiempo, puede hacer que estos niños nunca logren el nivel de funcionamiento mental para el que fueron diseñados.

Para desarrollar no solo la habilidad física sino también la estrategia para atrapar antílopes en el mundo salvaje, un guepardo debe tener antílopes para perseguir, lugar para correr y un guepardo modelo que les muestre cómo hacerlo. Sin instrucción y práctica probablemente no puedan aprender las habilidades esenciales para sobrevivir.

Un reciente documental sobre los guepardos en el mundo de los leones mostró un hecho curioso sobre la vida en el mundo salvaje. Los leones matan a los cachorros de guepardo. No se los comen, sólo los matan. De hecho, parecen trabajar bastante duro para encontrarlos para poder matarlos (aunque los guepardos de ninguna forma amenazan la continuidad de la supervivencia de los leones). ¿Esto es maldad? ¿Recreación? Nadie sabe. Solo sabemos lo que hacen los leones. Las mamás guepardos deben esconderse en sus madrigueras y hacer un gran esfuerzo para proteger a sus cachorros, yendo y viniendo a su madriguera, bien escondida solo en la profundidad de la noche o cuando los leones se encuentran muy lejos. Los niños sobresalientes y sus familias usualmente se sienten como guepardos en el mundo de los leones.

En algunas escuelas a los niños brillantes se les pide que hagan lo que nunca fueron diseñados para hacer (como pedirle a los guepardos que descuarticen a una bestia salvaje con sus garras) – ¡después de todo los leones pueden hacerlo! -- mientras que los atributos que son aspectos naturales de una capacidad mental inusual – intensidad, pasión, alta energía, independencia, razonamiento moral, curiosidad, humor, intereses inusuales e insistencia en la verdad y en la precisión – son considerados problemas que requieren ser arreglados.

Los niños brillantes pueden sentirse rodeados por leones que se burlan de ellos o los rechazan por sus diferencias, que pueden romperles las piernas o drogarlos para hacer que se muevan más lento, al ritmo del paso de los leones. ¿Sorprende entonces que traten de escapar; que se pongan un disfraz de león para pasar desapercibidos; que luchen contra lo establecido?

Esta metáfora, como cualquier metáfora, eventualmente se derriba. Los niños sobresalientes no tienen marcas en el cuerpo o garras no retractables con las  cuales puedan ser identificados cuando no actúan como se espera. Es más, la habilidad del guepardo para correr a 120km/hr es  solo un rasgo medible. Los niños sumamente sobresalientes son tan diferentes unos de otros que no hay una sola habilidad para buscar y darse cuenta cuando están sobresaliendo: aparte, un gran don de los niños, puede estar fuera de la definición académica de logro y por lo tanto pasar desapercibido. Y cuando esta verdad puede salvar a algunos niños de ser gratuitamente aniquilados por leones matones, también los mantiene escondidos de ser reconocidos por lo que son – niños con diferencias innatas profundas, tan diversas como el amplio rango de diferencias que pueden presentar los guepardos de otros grandes felinos.

Aunque no puedan ser reconocidos al instante, no significa que no haya formas de identificarlos. Significa que se requiere invertir más tiempo y esfuerzo en hacerlo. Los maestros pueden aprender los atributos de la inteligencia inusual y observar de cerca lo suficiente para ver estos atributos en cada niño. Pueden reconocer no solo que los niños sumamente sobresalientes pueden hacer muchas cosas que otros niños no pueden, pero también que hay tareas que otros niños pueden hacer que los niños sobresalientes no pueden.

Cada organismo tiene una fuerza interna que los lleva a cumplir con su diseño biológico. Lo mismo es verdad para niños inusualmente brillantes. Poco a poco se deben ir quitando las barreras, y abriendo las jaulas. La comida del zoológico, tan sencilla y barata como puede ser, debe cambiarse, al menos parte del tiempo, por presas animadas que representen un reto mental.

Más aún, las escuelas deben creer que es importante hacer el esfuerzo, que estos niños no solo tienen las necesidades de todos los otros niños de ser protegidos y cuidados apropiadamente, sino que también tienen tanto DERECHO como otros a tener sus necesidades satisfechas.

La biodiversidad es un principio fundamental en la vida de nuestro planeta. Le permite a la vida adaptarse al cambio. En nuestra cultura los niños sobresalientes, como los guepardos, se encuentran en peligro. Como los guepardos, están aquí por una razón; llenan un nicho particular en la evolución. Los zoológicos, sin importar la limitación que tengan, pueden ser críticos para la continuidad de la supervivencia del guepardo; muchos hacen su mejor esfuerzo para ofrecer a sus cautivos lo que necesitan para eventualmente sobrevivir en el mundo salvaje. Las escuelas pueden hacer lo mismo por sus niños sobresalientes.

A menos que hagamos un compromiso para salvar a estos niños, continuaremos perdiéndolos junto con cualquier beneficio único que su existencia pueda proveer a la especie humana de la cual son parte esencial.

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Me encanta esta metáfora de Stephanie Tolan, espero la disfruten ustedes también.
Un abrazo!
Eva 


martes, 13 de abril de 2010

El inicio...


Como mamá o papá primerizo tal vez te desviviste con tu primer bebé consiguiéndole todo tipo de juguete "seguro" y "educativo" para que tu retoño tuviera desde el principio lo necesario para desarrollarse adecuadamente. Y es que en estos tiempos donde hasta en algunos centros preescolares enseñan Mandarín como tercer idioma, hay que empezar desde temprano con la estimulación a los pequeños.

Nosotros no fuimos la excepción, tal vez exageré al decir “todo tipo de juguete” pero buscábamos que fuesen educativos y nos dieran un respiro en el día entreteniendo a un bebé que casi no dormía.

En la mayoría de los casos, al comprar los fabulosos productos diseñados especialmente para estimular las habilidades intelectuales del bebé, terminamos dándonos cuenta de que es puro gasto de dinero.  Por ejemplo para jugar le compras a tu bebé de 10 meses cubos de colores, porque en la caja dice úsese a partir de los 6 meses, así es que al mostrarle al bebé como armar una torre perfecta, esperas que tenga los conocimientos y habilidades requeridas para la monumental tarea, sin embargo el bebé se les queda viendo y se los lleva a la boca. Al final no hay torre y sólo queda en el suelo un tiradero de bloques chupados y mordisqueados.

Eso es lo esperable para un bebé de esta edad, a lo mucho tratará de imitar tus movimientos pero es poco probable que copie lo que haces a la perfección.

Pero qué pasa si eres uno de esos papás que al comprarle los cubos al bebé descubres que no sólo los acomoda en una torre perfecta sino que empieza a separarlos por colores. Seguro rápidamente correrías al teléfono o en estas épocas al internet, a contarles a los abuelos, a la comadre y a los vecinos lo que tu hijo puede hacer. Y no puedes esperar más a que llegue el momento de ir con el pediatra esperando que te diga que tu hijo de 10 meses es un GENIO y cuando finalmente llega este momento tampoco puedes ocultar la sonrisa del rostro al comentarle al Doctor “los logros” del pequeño.

Al menos algo similar sucedió con nosotros, pero en vez de recibir el reconocimiento que esperaba terminé escuchando algo como “Señora, los bebés de 10 meses no reconocen colores” además de recibir una mirada gélida insinuando que estaba alucinando. Seguro el doctor habrá pensado ¿qué se fumó esta señora?, cuando empecé a mostrarle al bebé objetos de colores en el consultorio, esperando que le demostrara al doctor ahí mismo de lo que estaba hablando, sin embargo como buen bebé, no hubo ni siquiera una pizca de cooperación en la faena, por lo cual salí del consultorio dolida y confundida con el comentario del doctor.

De ahí en adelante, ya no se siente tan bien el querer comprobar que tu hijo es: avanzado, sobresaliente, genio, etc. Te topas con la realidad de que tienes un hijo “diferente” y empiezas a tocar puertas para ver si alguien entiende de lo que estás hablando cuando comentas que el pequeño ya tiene año y medio y aprendió a leer por su cuenta, que recita el abecedario al derecho y al revés, que desde el año cuenta hasta el 10, o era hasta el 15…

¿En qué momento se vuelve confuso este proceso? Cuando empiezan los comentarios acusadores por ejemplo: “¿seguro que el bebé aprendió a leer solo?,  lo más probable es que lo hayas enseñado a la fuerza (no sé cómo puedes enseñar a leer a un bebé a la fuerza, pero bueno esa es la lógica de la mayoría) o de acuerdo al criterio médico seguro el bebé tiene un problema neurológico, porque los bebés normales no hacen eso, y el problema que más se le acerca es el Autismo porque una rama del autismo (el asperger) incluye a niños muy inteligentes.

Yo sé, no a todos nos pasó así pero debe haber uno que otro papá por ahí que se haya sentido identificado con esta situación, porque con el tiempo he entendido que en esta sociedad ante el temor a lo desconocido tratamos de clasificar lo diferente para entenderlo y tristemente es más fácil ponerle a los niños etiquetas negativas como las anteriormente mencionadas u otras como el Déficit de desorden de atención o que el niño es mal portado, desafiante, agresivo, etc. Y aunque vayan de la mano con los términos, sobresaliente, talentoso e inteligente, terminan desvalorizando al pequeño y a los papás también, y la cosa no es así. Necesitamos CONCIENTIZAR  a nuestra sociedad sobre qué son y cómo son nuestros niños, y desmitificar la figura que la mayoría imagina cuando hablamos de niños sobresalientes: el niño de lentes, tímido con un montón de libros, que nunca jamás se atrevería a contestarle a una maestra y mucho menos sacar una calificación por debajo del 100.

Me va a dar mucho gusto conocerte, si puedes cuéntame tu historia. Ojalá que el descubrimiento de que tu hijo es sobresaliente haya sido de un modo menos dramático y más agradable. Sé que al compartir historias nos identificaremos y buscaremos lo mejor para nuestros hijos ya que nos tocó vivir en este país y juntos estamos en la búsqueda de oportunidades de desarrollo para nuestros pequeños.

Espero lograr en este blog un espacio para compartir contigo cómo hemos vivido hasta el momento como familia compartiendo lo ordinario del día a día, con un niño extraordinario.

Poco a poco iré construyendo este blog para tener un lugar de referencia al cual acudir, con información sobre las historias de nuestros niños, estrategias para las etapas de desarrollo en que se encuentren e información en general que vaya recopilando sobre temas principalmente de opciones de educación en México y desarrollo del área emocional de los niños sobresalientes.

Bienvenid@ a este espacio y espero sigamos juntos en este camino.
Te mando saludos,
Eva